Profesor de la semana

Las pasiones del profesor José Cotero

Equivóquense, pero cuando comentan un error; levántense. No importa si se raspan, sangran o tienen una fractura, continúen. Nunca eviten una caída.

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¿Qué materias imparte dentro de la licenciatura?

Estoy dando clases de Actuación y Expresión verbal en primer semestre, y Gestión y producción teatral en octavo semestre.

¿Qué le gusta al maestro Francisco Cotero?

Me encanta el teatro. También me gusta viajar, conocer nuevas personas y bailar.

¿Qué género le gusta bailar?

Me gusta bailar casi todos los géneros, excepto el reguetón. Me agrada disfrutar de la música cuando voy al gimnasio y hago ejercicios aeróbicos.

Una de las pasiones del profesor Cotero es bailar

¿Podría decirnos algo que nos sorprenda de su forma de ser?

Tengo una personalidad extrovertida, pero siempre lucho con mis miedos e inseguridades; es algo que en ocasiones escondo. No soy la persona tan segura y extrovertida que ven los demás.

¿Cómo era durante la licenciatura?

Era más inseguro de lo que soy ahora. Tenía muchas expectativas, era trabajador y estaba comprometido con mi formación actoral. También, me gustaba convivir con mi generación (2000-2005), no pude estar en un mejor grupo; eso era increíble. Pasábamos mucho tiempo juntos, incluso compartíamos fines de semana; ellos se convirtieron en mi nueva familia.

¿Cuál es el recuerdo que más atesora de esa época?

La primera vez que el Mtro. Raúl Zermeño me habló como si yo fuera su hijo. Cuando un profesor te habla como un padre lo admiras y respetas más.

El profesor Cotero en su ceremonia de egreso de la licenciatura con su papá y el Mtro. Raúl Zermeño

¿Qué lo caracteriza?

Soy muy exigente. No me agrada lo superficial, siempre trato de profundizar en las puestas en escena, y cuidar las relaciones con mi familia, mi pareja y mis amigos.

Si pudiera ser otra persona por un día ¿quién sería?

Creo que el diablo. Me gustaría no solo conocer el mal, sino también ser el mal. En el ámbito artístico, siempre hacemos hincapié en la parte oscura del ser humano. Me encantaría tener un panorama más amplio de la maldad y del mundo.

¿Qué es lo más extraño que ha buscado en internet?

Durante el proceso de un montaje llamado Los locos de Valencia comencé a buscar en internet hospitales psiquiátricos, enfermos mentales y videos clandestinos sobre la vida de los pacientes. Me resultaron impactantes. Si bien las imágenes no eran muy nítidas, los sonidos eran escalofriantes.

¿Cuál es su talento más extraño?

Soy observador y si me concentro, puedo predecir lo que los demás van a hacer o decir. Esto lo he desarrollado gracias al teatro, pues al ser director y trabajar con actores, los observo y debo interpretar sus reacciones.

¿Cuál es el objeto más extraño que hay en su habitación?

A un lado de mi buró guardo una navaja que usé cuando interpreté a un personaje, la tengo desde que era estudiante de licenciatura.

Interpretando a Don Luis en la obra Don Juan Tenorio

¿Qué animal sería y por qué?

Me gustan los felinos. Creo que nos enseñan una gran lección: el desapego. Me agradaría no apegarme tanto a las personas, a mi navaja o a mi amuleto.

¿Qué quería ser de pequeño?

Siempre quise ser maestro. Desde los siete años jugaba a ser profesor de mis compañeritos; les enseñaba las letras y las tablas de multiplicar. Por cuestiones de la vida, la primera vez que fui maestro fue a los catorce años y daba clases en primaria.

¿Qué súper villano o héroe sería?

Me encanta el personaje del Joker, más con la perspectiva de la última película. Es muy humano, ya que no tiene súper poderes; eso me gusta.

Si su vida fuera una película ¿cómo se titularía? y ¿por qué?

Las desgracias de un inexperto. No nacimos sabiendo, más bien, aprendemos en el camino, y dándonos golpes cada cinco segundos. Es un constante crecer.

El profesor Cotero disfrutando de las bellezas naturales de Oaxaca

Si naufragara por un mes ¿qué llevaría consigo?

Un libro de Shakespeare, a mi mejor amigo y una cámara. Me encantan las fotografías. Haría un registro fotográfico de cómo voy muriendo de hambre.

¿Quién ha sido su profesor más interesante o extravagante?

El Mtro. Raúl Zermeño tenía ambas características, desafortunadamente nos dejó hace unos años. A los alumnos que tuvo oportunidad de formar les daba dos opciones; amarlo u odiarlo, no había punto medio con él. Yo lo amé y lo sigo haciendo.

¿Qué es lo mejor de ser docente de la Facultad de Humanidades?

El aprendizaje. Si algo me encanta de la docencia es que en cada clase el que más aprende es el profesor. Vuelves a revisar contenidos y, con ello, te das cuenta de que tu perspectiva ha cambiado. Puedo dar el mismo curso cada año y siempre aprendo cosas nuevas con los alumnos; ellos, también, son grandes maestros.

¿Qué consejo les daría a sus alumnos?

Que se equivoquen, pero cuando comentan un error; levántense. No importa si se raspan, sangran o tienen una fractura, continúen. Nunca eviten una caída.

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